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Seguro que tienes a alguna familiar o alguna amiga que han estado intentando quedarse embarazadas y que por distintos motivos no lo han conseguido por el método natural. Posiblemente, estos casos que conoces hayan acabando recurriendo a un tratamiento de fertilidad y el resultado ha sido positivo y han podido tener el bebé que tanto deseaban.

¿Cómo sabes si tú también estás en esa situación? Pues bien, para empezar, es necesario mantener durante un año relaciones sexuales de manera regular. Si pasado ese periodo no estás embarazada, quizás haya alguna alteración en el sistema reproductivo femenino y/o masculino y sea necesario acudir a un especialista.

En la primera visita a una clínica de reproducción asistida se suele realizar espermiograma para valorar el semen de tu pareja. Después, se realiza una historia clínica y un examen físico completos de ambos miembros de la pareja. En el caso de la mujer, las pruebas básicas son el estudio hormonal basal, la ecografía y la histerosalpingografía, aunque puede haber otras.

Una vez se obtengan los resultados de las pruebas ya se podrá dar paso a un tratamiento recomendado, para cada caso, que podrá ser Inseminación artificial, ovodonación o fecundación in vitro.

En mi caso, conozco una clínica que se llama IVI y que suele dar buenos resultados. Lo mejor es que no tienen lista de espera de ninguna clase y que tienen un 90% de casos de éxito. Os la recomiendo.